En este artículo os
queremos presentar dos experiencias en los que evidencia la longevidad de la
madera afrente a otros materiales como el acero u el hormigón.
Ha hecho falta el
trascurso de casi todo el siglo XX para convencernos que ni el acero ni el
hormigón eran las mejores alternativas a la hora de reparar o sustituir
estructuras de madera ya que directa o indirectamente pueden causar problemas.
Esto se confirma en
lo ocurrido en la catedral de Burgos, que tras la guerra civil se sustituyó la
centenaria estructura de madera por otra de acero.
Las dificultades
económicas hicieron que no se completara toda la sustitución prevista. No
habían pasado años cuando se comprobó la necesidad de reparar las más modernas
estructuras metálicas, mientras la centenaria estructura de madera, que por
falta de dinero, no se llegó a cambiar, aún seguía cumpliendo su función.
Otro caso parecido
presenta las cubiertas de madera de El Escorial, que en los 60’s fueron sustituidas
por estructura de acero. Antes de finalizar el siglo XX las nuevas estructuras
presentaban serios problemas: 40 años de de vida útil del acero frente a 400
de la madera.
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