Con el fin de
conocer las últimas soluciones para el mundo del tejado y estructura de madera,
Cutecma al igual que en el 2009 y 2011 ha estado presente en esta última
edición y así poder ofrecer estas novedades a sus futuros clientes.
Como idea general,
va tomando cada vez más fuerza la idea de la sostenibilidad de la construcción
donde han destacado además de estructuristas de madera, aislamiento de
aglomerado corcho natural expandido, el proyectado de celulosa reciclada o las
fachadas y cubiertas ajardinadas que, en combinación con la construcción en
madera resulta un combinado de baja emisión de CO2 en su proceso de fabricación
y vida del producto.
A nivel general esta
feria parece que no puede contraerse más y que sólo hay una salida o crecer o
desaparecer. En tres ediciones ha pasado de ocupar dos recitos feriales a un
pabellón y medio.
No sé si tiene
relación pero en expositores muy austeros encontrábamos representantes de los
llamados países emergentes, los cuales y como en pocos años han pasado del subdesarrollo más absoluto a
potencia mundial tienen criterios muy diferentes a la hora de “hacer negocio”.
Para ellos no hay
conciencia medio ambiental, ni normativa, ni siquiera colocan a la satisfacción
del cliente como fin de su actividad. Su situación reciente de les hace tener
una visión de negocio cortoplacista imperando “el dure mientras cobro”, “el
todoacien”, “la copia burda sin escrúpulo ni normativa alguna…”.
Eso no es progreso,
sino todo lo contrario, esta experiencia ya la he vivido en otro sector radicalmente
distinto hace casi 20 años, y hoy no tenemos industria textil.
No me creo que la
solución pase por la prima de riesgo, ni pactos por el empleo, ni políticas de
austeridades ni la de todo lo
contrario. La solución pasa por que mi hija Sofía de 8 años deje un día de
sorprenderse cuando ve una etiqueta
“MADE IN SPAIN”.
Una etiqueta “MADE
IN SPAIN” que coloque al cliente en el centro de la actividad económica,
respetando al medio ambiente y comprometido con el producto, una etiqueta que
se esfuerce por mejorar y que apueste por una calidad en un mundo cada día
mejor. Una etiqueta que compita abiertamente con el resto de etiquetas que
respeten esos valores de progreso y apartando aquellas que no juegan con las
mismas cartas.
Desde CUTECMA, pedimos a nuestros políticos que aparte a aquellas etiquetas que no juegan con
las mismas cartas.
Un buen cliente,
José de Peñíscola, que cultiva mandarinas me decía “Aquí hemos tenido que
cambiar unos pesticidas por otros que cuestan cinco veces más por cancerígenos,
mientras importamos cítricos tratados con pesticidas aquí prohibidos desde
décadas”.